Desde que el inglés Mark Simpson inventó en 1994 el término “metrosexual”, el pecho de los caballeros alrededor del mundo dejó de ser el mismo. Trasquilarse cada uno de los recovecos del cuerpo ya no se limitaba solamente a las damas, nadadores profesionales y a Lord Voldemort, sino que el hombre común (tu amigo, tu vecino y sí, hasta tu papá) le agarró el gusto a sentirse lisito, sin miedo a que se cuestionara su hombría.
Recién entrados en la segunda década del siglo 21, las cosas vuelven a cambiar y tras un periodo de dolorosas sesiones con cera y alaridos a coro de cientos de hombres humillados, cuestionándose “¿por qué, Señor en los cielos, tengo que hacer esto por mi novia?”, la era “Uga-Uga” y la pelambrera libre y natural están de regreso.
Celebridades como Jake Gyllenhaal, Bradley Cooper, Robert Pattinson y Ryan Reynolds son sólo algunos de los hombres que han declarado la guerra en contra de su peor enemigo que son: la cera y el rastrillo, dejando que su viril pelaje sea visto por millones de espectadores en esas gratuitas escenas topless que caracterizan a las películas veraniegas…
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